LUIS ALBERTO SPINETTA, EL LECTOR KAMIKAZE

JUAN BAUTISTA DUIZEIDE
1ra. Edición: 2017
Editorial: Editora Patria Grande
Prólogo: S/P


El libro Luis Alberto Spinetta: El lector kamikaze, de Juan Bautista Duizeide, funciona como un arcón en el que se entrecruzan los análisis de las letras de las canciones (el rescate de la poesía en las letras es central), las influencias literarias, la escucha atenta y analítica de la música camaleónica, la posición de Spinetta frente a las modas (pop en los ochenta, rock chabón en los noventa) y el contexto cultural en el que se produjo la “excepción” Spinetta.

Duizeide conecta las lecturas de Spinetta de Borges, Basho, Artaud, la relación del rock con la ciencia ficción, etc., con sus posicionamientos desde el rock como cultura vanguardista y rebelde frente a la política y al sistema capitalista.
El libro apela a visionados de películas como La hora de los hornos (de Octavio Gettino y Pino Solanas) y a los libros de Sergio Alejandro Pujol, Eduardo Berti, Juan Carlos Díez, Julián Delgado, entre otros, para leer el contexto tumultuoso de la historia musical argentina y, sobre todo, para defender una hipótesis: Spinetta fue un gran músico, revolucionario y contrasistema (su disco-libro Artaud es solo una pequeña muestra) porque fue, también, un gran lector.

El libro como objeto cultural y simbólico fue para el “flaco” no solo el epítome de una etapa de la cultura burguesa sino que fue, en su caso, la catapulta que le permitió mirar la realidad de una manera original. Duizeide se permite, a propósito de la mirada desfasada del músico, comparar a Spinetta con Borges a partir de un ensayo de Borges sobre la relación entre el margen y el centro.

Así como Borges escribió “El escritor argentino y la tradición”, Spinetta podría haber escrito “El rockero argentino y la tradición”.
En ese ensayo hipotético –que de alguna forma es el conjunto de sus canciones– Spinetta hubiera dicho que desde los márgenes del rock se puede leer y escribir mejor la cultura occidental.

Libro erudito y claro el de Duizeide, nos permite leer con otros oídos y escuchar con otros ojos el orbe Spinetta, ese frágil y lírico universo que va desde “Muchacha ojos de papel” hasta “Las bandas eternas” que tocaron por horas en un estadio y que propició que Horacio González (citado por Duizeide) dijera que “a Luis Alberto lo perseguía, como a todo gran cultor del rock, el enigma de la eternidad”.

Sin Spinetta el rock no sería lo que es. Y sin Spinetta no podríamos saber que el rock es literatura en contra de la presión del sistema. Una línea que recorre el libro es la tensión entre la música y la política.
En contra del cliché, Duizeide defiende, quizás siguiendo a Horacio González, que la rebeldía de Spinetta leída como ingenua en el contexto de las masacres de los 70, fue tan vanguardista como los famosos grupos guerrilleros cuyos jefes después se convirtieron en empleados del menemismo.

¿Cuál es el origen de la coherencia artística y “parapolítica” de Spinetta?: la lectura como artefacto cultural. El libro no fue para Spinetta un cómodo atributo burgués sino la puerta de entrada a una visión única y revolucionaria como puede ser revolucionario el arte: antisistema e innovador.

1 comentario:

JLO dijo...

Spinetta da para todo, por algo fue lo que fue... Sin él nada sería tan importante...

Cuando pueda lo compraré 👌😉